El libro escrito por Anita Moorjani “Morir para ser yo”, publicado este año 2013, nos relata su experiencia cercana a la muerte (ECM), experiencia de la que regreso totalmente curada de un cáncer terminal.
Solo puedo decir que es un libro extraordinario y que a mi me parece imprescindible.
RESUMEN DEL LIBRO Un relato esclarecedor de lo que nos aguarda tras la muerte y el despertar final. Uno de los testimonios espirituales más lúcidos y poderosos de nuestro tiempo.
BESTSELLER DEL NEW YORK TIMES «Es esta una historia de amor, un amor inmenso e incondicional con una visión revolucionaria de lo que somos en realidad, de por qué estamos aquí y de cómo podemos superar cualquier miedo o impulso negativo que esté marcando nuestras vidas. A lo largo de más de cuatro años, el avance implacable de un cáncer llevó a Anita a las puertas de la muerte y hasta lo más profundo de la propia morada de la muerte. Ella describe todo ese proceso minuciosamente en este libro, un libro escrito para conmover el alma. Finalmente, logró curar su cuerpo gracias a todo lo que vivió y comprendió en el más allá, y me ha comentado que siente que ha vuelto para enseñar a todo el mundo esta sencilla pero poderosa lección que no solo puede curarnos a todos, sino también transformar el mundo entero. Yo, personalmente, no tengo ninguna duda de que la misión de su vida está plasmada en la crónica de esta experiencia suya que estás a punto de leer, y de que en alguna parte estaba escrito que yo tenía que ayudarla a que este mensaje crucial llegara a todo el mundo.» Wayne W. Dyer (extraído del prólogo)
BESTSELLER DEL NEW YORK TIMES «Es esta una historia de amor, un amor inmenso e incondicional con una visión revolucionaria de lo que somos en realidad, de por qué estamos aquí y de cómo podemos superar cualquier miedo o impulso negativo que esté marcando nuestras vidas. A lo largo de más de cuatro años, el avance implacable de un cáncer llevó a Anita a las puertas de la muerte y hasta lo más profundo de la propia morada de la muerte. Ella describe todo ese proceso minuciosamente en este libro, un libro escrito para conmover el alma. Finalmente, logró curar su cuerpo gracias a todo lo que vivió y comprendió en el más allá, y me ha comentado que siente que ha vuelto para enseñar a todo el mundo esta sencilla pero poderosa lección que no solo puede curarnos a todos, sino también transformar el mundo entero. Yo, personalmente, no tengo ninguna duda de que la misión de su vida está plasmada en la crónica de esta experiencia suya que estás a punto de leer, y de que en alguna parte estaba escrito que yo tenía que ayudarla a que este mensaje crucial llegara a todo el mundo.» Wayne W. Dyer (extraído del prólogo)
Al final, el libro contiene una serie de respuestas a las preguntas realizadas en las charlas que Anita ha ido realizando a diferentes grupos de personas.
Me parecen tan valiosas, que he querido ponerlas en el blog para que puedan acceder a ellas aquellos que lo deseen, al fin y al cabo dar a conocer este conocimiento es el objetivo de ella al escribir el libro... solo podemos agradecérselo y divulgarlo lo más posible.
Preguntas y respuestas
Durante los meses y años siguientes a mi ECM, he tenido muchas oportunidades de hablarle a grupos por todo el mundo sobre mi experiencia. Las siguientes son algunas de las preguntas y respuestas que han resultado de estas conversaciones.
P: ¿Cómo define el “amor incondicional” que experimentó en el otro reino y cómo se diferencia del amor que experimentamos en esta realidad física?
R: El amor en el otro reino es muy diferente porque es puro en esencia. No tiene condiciones ni expectativas y no actúa desde la emoción ni reacciona de un modo diferente, dependiendo de las acciones y sentimientos de uno. Simplemente es.
P: ¿Usted cree que es posible reproducir ese estado de amor incondicional aquí en el reino físico?
R: Cada uno de nosotros, en nuestra esencia, ya somos amor puro e incondicional. Sin embargo, cuando nosotros lo expresamos aquí en este reino físico, lo filtramos a través de nuestra mente y luego se expresa a sí mismo como una emoción humana.
La mejor metáfora que puedo pensar para ilustrar esto es el ejemplo de la luz blanca pasando a través de un prisma. El amor incondicional es como una luz pura y blanca. Cuando brilla a través de un prisma, se refracta en todos los distintos colores del arco iris. Estos representan nuestras emociones, alegría, amor, ansiedad, envidia, compasión, odio, empatía, etc.
Cada uno de nosotros es como un prisma, refractando luz pura y blanca (amor) en todos los diferentes colores del arco iris. Todos los tonos (emociones) son igualmente necesarios para el todo. Pocas personas, si acaso alguna, harían juicios morales en contra de cualquier color dado. No diríamos: “Ah, ese color es malo” o “Ese color comete pecado.” Pero hacemos eso con las personas y sus expresiones de la emoción, calificando algunos sentimientos como correctos y otros como incorrectos.
Cuando juzgamos algunas de nuestras emociones como negativas y tratamos de negarlas, estamos suprimiendo parte de lo que nosotros somos. Esto crea un bloqueo en nuestro interior y nos impide expresar nuestra magnificencia por completo; limitándonos simplemente a ciertos colores del espectro sobre la base de un juicio moral, truncaríamos la luz y la haríamos algo que en realidad no es.
No tenemos que actuar cada emoción; sólo tenemos que aceptar que son parte de quiénes somos. Negarlas sería como prohibir que cierto color se refractara a través del prisma. Sólo dándole la bienvenida al espectro completo de nuestros sentimientos, sin juicios, podemos ponernos en contacto con la esencia pura del amor incondicional que reside en nuestro núcleo.
P: En su opinión, ¿usted cree que antes de tomar la forma física, ya somos seres magnificentes, conscientes completamente de quiénes en verdad somos? Si es así, ¿cómo se deteriora nuestra magnificencia y cómo se daña nuestro sentido de ser cuando venimos a esta vida?
R: Le diré lo que yo siento, pero creo que eso sólo levantará más preguntas. Siento que no se supone que olvidemos quiénes somos; tampoco que esta vida sea tan difícil. Pareciera como si nosotros la hiciéramos dura aquí con nuestras ideas y creencias incorrectas.
El entendimiento interno que recibí en ese reino, me llego como si fuese una marca que me quedó impresa; si lo traduzco a palabras, esto es lo que yo estaría percibiendo internamente en ese estado: ¡Ah, entonces no se trata de que la vida sea una lucha, se trata de que la gocemos y que nos divirtamos! Desearía haberlo sabido. Ah, entonces mi cuerpo creó el cáncer por todos mis pensamientos poco sabios, por los juicios contra mí misma y por mis creencias limitantes. Todo eso causó en mi interior una gran confusión. Si sólo hubiera sabido que se trataba de que viniéramos aquí y nos sintiéramos bien con nosotros mismos y con la vida, simplemente ¡expresándonos y divirtiéndonos haciéndolo!
Ahora esta parte es un poquito difícil de explicar, pero permítanme tratar de hacerlo. Se me ocurrió preguntarme algo como esto: ¿Por qué algo tan grande, como este cáncer terminal, me pasó por no darme cuenta de mi propia magnificencia?
Simultáneamente, tuve este entendimiento: ¡Ah, ya veo, no me pasó a mí por haber sido una víctima; el cáncer no era más que mi propio poder y energía no expresados! Se volvió hacía mi interior, en contra de mi cuerpo, en lugar de hacerlo hacia afuera.
Sabía que no era un castigo o algo por el estilo. Era sólo mi propia fuerza de vida expresándose a sí misma como cáncer porque no le permití manifestarse como la magnificente, fuerza poderosa de Anita. Estaba consciente que podía elegir si quería regresar a mi cuerpo o continuar hacia la muerte. El cáncer no estaría más allí porque la energía ya no se estaba expresando de esa manera, sino que iba a estar presente como mi ser infinito.
Regresé con la comprensión de que el cielo es realmente un estado y no un lugar, y he observado que el éxtasis me ha seguido aquí, a la Tierra. Sé que esto suena muy extraño, pero aún más, siento que nuestro “verdadero hogar” es también sólo una forma de ser y no un lugar. Ahora mismo, me siento que estoy en el hogar. No tengo ningún deseo de estar en ninguna otra parte. Es indiferente si estoy aquí o en el otro reino. Son sólo diferentes partes de la experiencia de nuestro grandioso, expandido, infinito y magnificente ser. Nuestro hogar real está en el interior de cada uno de nosotros y nos sigue a dónde quiera que vayamos.
P: Ya que no he tenido un ECM, ¿hay alguna forma para aumentar y mantener la confianza en la increíble fuerza de vida de la que usted habla?
R: En lo absoluto, no es necesario tener una ECM para darse cuenta de su magnificencia.
Mi experiencia me enseñó que la mejor manera de aumentar y mantener la confianza y el sentido de conexión con la energía de la fuerza de vida Universal, es desde nuestro interior. Empieza con amarme y creer en mí misma. Cuanto más capaz soy de hacerlo, más centrada me siento en el tapiz cósmico. Cuanto más conectados nos sintamos, más capaces seremos de tocar a otros y permitirles sentir lo mismo.
P: ¿Qué parte jugó su sistema de creencias o su fe, si acaso existió, en su sanación y recuperación y cómo han cambiado sus creencias desde entonces?
R: Absolutamente ninguna fe, en nada, fue requerida para mi sanación. Más bien yo diría que fue una completa suspensión de todas las creencias, doctrinas y dogmas que tenía previamente lo que causó que mi cuerpo se sanara por sí mismo. En mi caso, la ECM fue el catalizador.
Desde mi punto de vista, aferrarme a mis ideas en verdad funcionó en mi contra. El tener creencias concretas limita mi experiencia de vida porque me mantienen encerrada en lo único que conozco y mi conocimiento en este mundo está limitado por mis sentidos físicos. Sentirme cómoda con la incertidumbre, por el contrario, me abre a todas las posibilidades. La ambigüedad está totalmente abierta a un potencial infinito.
La necesidad de la certidumbre aprisiona mi potencial por lo inesperado. Sentimientos de No sé o Veamos qué pasa, le permiten a mi ser expandido proveer respuestas y soluciones que pueden ser, por completo, sincrónicas, sorpresivas, mágicas o exageradas. Cuando doy un paso en el reino de la ambigüedad, estoy realmente en mi nivel más alto de poder. El sólo soltar todas las creencias, no creencias, dogmas y doctrinas previas, pone al universo infinito a mi disposición y trabaja para darme el resultado mejor posible, para mi vida. Ahí es donde recibo la mayor claridad interna. ¡Es dónde la magia ocurre!
Soltar todos mis apegos previos es un abrazo a la libertad y demuestra confianza en mi propia divinidad y magnificencia. Esto, también es una forma de sanar. Cuando suelto la necesidad de sanar físicamente, la vida se vuelve más libre, completa y divertida.
P: ¿Sintió usted que su fe en la Fuente fue un factor para su sanación?
R: En mi experiencia, yo me volví la Fuente y hubo total claridad. No había fuente fuera de mi propia consciencia expandida. Parecía como si yo abarcara la totalidad. Como lo he mencionado, ninguna fe en nada era necesaria para mi sanación porque en ese estado, hay una claridad total y parecía como si todo se volviera conocido. La creencia o la fe dieron paso al “saber”. Parecía como si yo me volviera todo -existía en todo y todo existía en mí. Me volví eterna e infinita.
Desperté a esta claridad, así que simplemente entendí. Supe que si escogía regresar, mi cuerpo se sanaría. Debido a la naturaleza de mi experiencia, siento que en nuestro núcleo/esencia, somos Uno. Todos venimos desde la Unidad a la separación y luego regresamos al Todo. Siento que mi ECM fue un vislumbrar de esa Unicidad. Puedo referirme a ella como Dios, Fuente, Brahman o Todo lo Que Es, pero creo que cada persona tendrá una idea diferente sobre lo que significa. No percibo la Divinidad como una entidad separada de mí o de cualquier otro. Para mí, es un estado de ser, más que un ser separado. Trasciende la dualidad, de manera que estoy permanentemente unida desde dentro y soy indivisible de ella. Mi expresión física es sólo una faceta del Todo.
P: ¿Hay algún lugar donde nuestra voluntad personal y la del Todo se conecten de manera que podamos tener acceso libremente a ese lugar de sanación y de poder?
R: Me gusta pensar que sí es posible para todos tener acceso libremente a ese lugar de poder y sanación. Creo que son nuestras metodologías colectivas, las historias que nos hemos estado diciendo por generaciones, las que nos impiden hacerlo. Pienso que esta acumulación de creencias es lo que está causando mucha de la desconexión y discordia que percibimos en el mundo, incluyendo el interior de nuestros propios cuerpos.
Llevamos con nosotros ciertos conceptos invisibles que nos mantienen alejados de nuestra verdad, haciéndonos pensar que estamos separados de la energía Universal. Permanecemos atascados en la dualidad, apartados de nuestro propio centro creativo. Somos la fuerza que no sólo forja esos conceptos, sino que los dirige. Y en la medida que nuestras historias cambien, así nuestra realidad física reflejará ese cambio.
Para que este tipo de sanación se vuelva más frecuente, debemos evolucionar nuestras metodologías y transformar nuestras creencias a unas que nos permitan darnos cuenta que somos Uno con la Energía Universal. Esto nos permitirá sentirnos conectados a nuestro centro creativo en todo momento y facilitará que haya más energía positiva en todo lo que nos rodea.
La sanación se lleva a cabo cuando nuestra intención personal creativa confluye deliberadamente con la energía de la fuerza de vida Universal y la ve como Una.
P: ¿Ha tenido una sensación de libertad desde su ECM, y si es así, cómo la describiría?
R: Sí, me siento liberada. Siento que mi ECM no sólo me liberó de mis ideologías, creencias y conceptos previamente sostenidos, sino de la necesidad de buscar otros nuevos.
Me parece que buscamos y sostenemos estas doctrinas porque ellas nos dan seguridad en tiempos inseguros. Sin embargo, somos susceptibles a volvernos dependientes de ellas, necesitando que sean verdaderas, con el fin de sentirnos cómodos y seguros. Siento que entre más firmes sean nuestras creencias respecto a la naturaleza limitante de la realidad, ciertamente estamos perpetuando lo que ellas expresan.
Mi experiencia me permitió dar una ojeada a lo que se siente ser libre de la necesidad de la seguridad, tanto física como sicológica. En otras palabras, fue posible para mi sentir la perfección aún en medio de la ambigüedad. Mantener ese nivel de liberación mental es verdadera libertad para mí.
P: ¿Piensa que hubiera escogido retornar a esta vida si hubiera sabido que su mala condición de salud persistiría?
R: Debido al estado de claridad en que estaba, sospecho que hubiera regresado con un entendimiento sobre porque sentí el llamado a retornar y expresarme a través de un cuerpo enfermo. Tendría la esperanza que el conocimiento hubiera eliminado o reducido mi sufrimiento interno, aunque no la enfermedad física. Tendría un sentido del propósito a pesar de vivir con un cuerpo enfermo. Creo que todos tenemos un propósito, sin importar la condición física.
P: Está perfectamente claro que su mensaje es que ¡deberíamos ser quienes somos! Pero, ¿cómo se aplica esto a los criminales y asesinos? ¿Deberían ellos también ser quiénes son? Además, usted dijo que no hay juicios en el otro lado. Esto significa que realmente ¡pueden salirse con la suya, respecto al asesinato!
R: No existe condena alguna en ese reino, porque no hay nada que condenar -todos somos consciencia pura.
Muchas personas no quieren oír que no haya juicio después de la muerte; los reconforta pensar que la gente será responsable de sus malas acciones. Pero el castigo, premio, juicio, condena y todo lo demás son una cosa del “aquí” y no del “allá”. Es por eso que aquí tenemos leyes, reglas y sistemas.
Por otra parte, habrá una claridad total acerca del por qué somos de la manera que somos y por qué hicimos lo que hicimos, sin importar qué tan poco ético fue en la vida. Creo que aquellos que hieren a otros, sólo lo hacen desde su propio dolor y desde sus sentimientos de limitación y separación. Los que llevan a cabo actos como violación y asesinato están muy lejos de tener siquiera un vistazo de su propia magnificencia. Me imagino que tienen que estar extremadamente infelices consigo mismos para causar tanto dolor a otros, de hecho, ellos tienen necesidad de la mayor compasión, no de juicio ni de mayor sufrimiento, en la vida posterior.
Realmente no creo que los criminales y asesinos estén siendo quiénes son. Creo que nos volcamos a la destrucción sólo cuando hemos perdido nuestro camino y nos hemos alejado de conocer la verdad de quiénes realmente somos. Los criminales han perdido este centro y lo que le hacen a otros es realmente un reflejo de cómo se sienten en su interior, consigo mismos. Nos gusta pensar respecto a los criminales y víctimas como si se tratara de “ellos” y “nosotros” pero no hay “ellos”. ¡Todo es nosotros!
Un asesino en serie está tan enfermo como una persona con cáncer. Y si tenemos más asesinos en el mundo hoy, esto significa que tenemos una sociedad enferma. Encerrarlos puede tener beneficios a corto plazo, similar a tratar los síntomas del cáncer. Sin embargo, si no trascendemos y transformamos los problemas de fondo de nuestra sociedad, el problema sólo se agrandará, requiriendo que construyamos más cárceles y forcemos el sistema judicial. Los criminales son más que sólo víctimas de sus propias circunstancias. Ellos son los síntomas físicos de problemas soterrados de todos nosotros, como un todo.
No les estoy perdonando sus actos. Sólo trato de decir que el conocimiento de mi propia magnificencia me cambió. Creo que si todos fueran capaces de contactar su propia verdad y saber lo grandiosos que son, nadie escogería hacer daño. Una persona feliz y amada que se siente inseparable de la Unicidad sabe que hacerle daño a otro es lo mismo que hacérselo a sí mismo.
P: ¿Está diciendo que un criminal, digamos un asesino, iría al mismo lugar y no se sentiría juzgado, al igual que un santo?
R: Sí, eso es lo que estoy diciendo. En ese estado, entendemos que todo lo que hemos hecho, no importa lo negativo que parezca, realmente ha venido del miedo, del dolor y de perspectivas limitantes. Mucho de lo que hacemos o sentimos es porque no sabemos hacer nada mejor. Una vez que estamos en el otro reino, sin embargo, nuestras limitaciones físicas se nos aclaran, de tal manera que somos capaces de entender por qué hicimos ciertas cosas y sentimos sólo compasión.
Parecía como si aquellos a quienes les ponemos la etiqueta de criminales fueran también víctimas de sus propias limitaciones, dolor y miedos. Cuando entendemos esto, sentimos sólo conexión con todos y con todo. Entendí que en el otro reino, todos somos Uno. Todos somos lo mismo.
Si todos supiéramos esto, no necesitaríamos leyes ni prisiones. Pero aquí, no lo entendemos, así que pensamos en términos de “nosotros” y “ellos” lo que nos causa que obremos desde el miedo. Es por esto que tenemos juicios, leyes, prisiones y castigo. En este reino, en este momento, los necesitamos para nuestra propia protección. Pero en el otro lado, no hay tal cosa como castigo, porque una vez que estamos allá, nos volvemos conscientes de que todos estamos conectados.
P: Si creamos nuestra realidad, ¿usted cree que la gente será castigada por lo que hacen a través del karma?
R: Como mencioné antes, no hay castigo en el estado de ECM. Vi el karma como un concepto de balance más que de causa y efecto. Por ejemplo, nunca usaría la expresión karma malo, ya que no creo que exista tal cosa. Simplemente creo que todos los aspectos de la vida son necesarios para crear el todo.
Tampoco creo ya que vivamos todas nuestras vidas en secuencia, en un tiempo lineal, tal como muchas personas encuadran sus ideas sobre el karma. Fui guiada a pensar así.
En el estado ECM, observé que cada momento en todas nuestras vidas, pasadas, presentes, futuras, conocidas, desconocidas y sin conocer, existen simultáneamente, como si existieran fuera de lo que nosotros conocemos como el tiempo. Me volví consciente que ya era todo lo que estaba tratando de lograr ser y creo que eso es cierto, para todos. Todo lo que hemos percibido como positivo, negativo, bueno o malo son simplemente partes del perfecto y balanceado Todo.
P: He oído a las personas hablar de la importancia del perdón. ¿Sintió usted que tenía mucho que perdonar en el otro reino?
R: En el estado ECM, la claridad es tan aguda que el concepto de perdonar tiene un significado muy diferente. Entendí que era a mí misma a quién no había perdonado, no a los demás. No existía un juicio negativo por nada que aparentemente hubiera hecho mal, sino que simplemente entendí por qué lo había hecho todo.
También entendí que dentro de ese reino infinito y sin juicios, en realidad no existe la necesidad de perdonarme o perdonar a nadie más. Todos somos perfectos y exquisitos niños del universo y existimos desde el amor puro. El Amor incondicional es nuestro derecho de nacimiento, en vez del juicio o la condena y no existe nada que tengamos que ganarnos. Es simplemente quiénes y qué somos.
La necesidad de perdonar nace de ver las cosas como buenas o malas, pero cuando no hay juicios, no hay nada que tengamos que perdonar. Dentro del tapiz cósmico estamos creando; todos los pensamientos, palabras y obras son necesarios para la creación del Todo infinito y magnificente. Así como en el espectro de luz que mencioné anteriormente, todos los colores son necesarios para dar contraste y traer la vida hacia el ser. Entonces, ¿qué habría que perdonar?
En este punto, he reemplazado el perdón por la empatía, el amor incondicional y la compasión, por mí misma y por otros. En lugar de juzgar, creando la necesidad de perdonar, ahora sólo siento amor y gran respeto por los papeles multifacéticos que cada uno de nosotros jugamos en la creación del Todo.
P: Demasiado amor propio, ¿no vuelve egoístas a las personas?
R: Una vez que entendemos que cada uno de nosotros está en el centro del universo infinito, nuestro centro para el Todo se vuelve más importante que cualquier cosa y vemos el valor de amar el ser. No podemos dar de lo que no tenemos.
En mi cultura, fui enseñada a poner a los demás primero y a mí, la última o simplemente, en ningún lugar. No fui enseñada a amarme a mí misma ni a valorar quién y qué soy. Como consecuencia, tenía muy poquito que ofrecer a los demás. Solamente cuando llenamos nuestra copa con aprecio por nosotros mismos, tendremos algo que dar. Sólo cuando nos amamos incondicionalmente, aceptándonos como las criaturas magnificentes que somos, con gran respeto y compasión, podremos, algún día, ofrecerle lo mismo a alguien más. Amar nuestro ser viene de primero y amar a los demás es el resultado inevitable.
El egoísmo viene de muy poquito amor hacia nosotros mismos y no de demasiado; es por eso por lo que sentimos la necesidad de compensar, aquí, esa carencia. No hay tal cosa como quererse demasiado, ni tampoco eso de sentir demasiado afecto genuino por los demás. Nuestro mundo sufre de muy poquito amor propio y demasiado juicio, inseguridad, miedo y desconfianza. Si todos nos quisiéramos más, la mayoría de estos vicios desaparecerían.
Decir “te amo” cuando eres incapaz de decírtelo a ti mismo, no es más que actuar. No es real. El afecto por mi ser y por el de los demás es la misma cosa. Todos nosotros somos Uno, todos estamos interconectados. El ser conscientes de nuestra propia divinidad nos puede ayudar a ver nuestra magnificencia y que somos merecedores de amor, sin condiciones. Una vez que lo entendamos, ofrecer lo mismo a todos los demás se vuelve más fácil.
P: La mayoría de la gente en un camino espiritual cree que el ego impide el crecimiento espiritual y que se supone que lo eliminemos. ¿Por qué no lo aconseja usted?
R: Porque si usted niega el ego, éste se volverá más fuerte contra usted. Contra más se rechaza algo, más fuerte será su pelea por sobrevivir. Pero cuando usted puede amar por completo su ego incondicionalmente, y lo acepta como parte de lo que se expresa en esta vida, ya no tendrá problemas con él. No le impedirá su crecimiento, por el contrario, será una ganancia.
Todos nacemos con un ego; es una parte natural de quienes somos. Solamente estamos sin él por completo en la muerte. Luchar contra él durante la vida sólo hace que nos juzguemos más a nosotros mismos.
Además, sólo cuando amamos a nuestro ego incondicionalmente somos capaces de aceptar el de los demás. Aquí es cuando deja de ser un problema y la humildad y la magnificencia realmente brillan.
P: ¿Cuál es su opinión sobre el servicio y servir a otros?
R: Cuando el servicio viene del centro de nuestro ser, es la forma más elevada de amor a nosotros mismos. Sabemos de esto cuando sentimos dicha mientras servimos. Inclusive, ¡se sentirá ligero y será divertido! Esto nos eleva tanto a nosotros como a quien lo recibe y ayuda a elevar y valorar el ser del receptor.
Pero si actuamos desde la obligación o con un sentimiento de deber, se vuelve grave y pesado y puede ser un desgaste de energía. Esto en realidad no nos hace ningún bien y tampoco es tan bueno para quien lo recibe, especialmente si pueden sentir que actuamos obligados. Esto puede hacer sentir a la persona disminuida y sin valor.
Aún más, cuando algo viene desde el centro de nuestro ser, no es solo una acción, se vuelve lo que somos. No tenemos qué pensarlo o trabajarlo. Nos volvemos un instrumento de servicio para que se manifieste en este planeta. Esta es la diferencia entre ser servicio y hacer un servicio.
Este nivel de conexión proviene de la consciencia de que no hay separación entre el ser y el Universo. Es el conocimiento de que lo que hago para el Todo, lo estoy haciendo también para el ser y viceversa, es realmente un estado feliz y divertido en el cual estar.
P: Cuando miro a mi alrededor parece haber mucho rencor, discusión y completa hostilidad entre aquellos que insisten que su realidad o punto de vista es lo único que existe. Sin embargo, su experiencia y la de muchos otros que han tenido una ECM, indican que lo que consideramos realidad no es ni más ni menos real que una especie de sueño. Así que esencialmente la gente está discutiendo sobre cuál ilusión es la más válida. ¿Puede explicar esto un poco?
R: Sólo puedo contarles mi experiencia. Para mí, fue como si cuando “morí” me despertara de un sueño. No fue como si me hubiera ido a ningún lugar, sino como si me hubiera despertado y fuera capaz de percibirlo todo a través de los sentidos, eso quiere decir 360 grados de visión y cinestesia completa o percepción simultánea de los sentidos. ¡Podía ver, oír, sentir y saber todo lo referente a mí! Estaba viviendo mi pasado, presente y futuro simultáneamente. También supe lo que estaba pasando más allá de las paredes y el espacio, mientras se relacionara conmigo, como las visiones de las conversaciones de mis doctores y de mi hermano en el avión, etc.
Yo lo comparo con una persona ciega que es capaz de ver por primera vez. El individuo no fue a ningún lugar, pero la claridad de cómo se ve el mundo en realidad (contrario a lo que él pensaba que era) ¡sería asombrosa! De repente, él entendería cosas tales como el color y la sombra, cosas que ahora están más allá de lo que era su entendimiento conceptual.
Al respecto, para mí, hubo un entendimiento increíble de cómo estamos todos interconectados y cómo lo que yo siento afecta al universo, ya que el Todo está en mi interior. En lo que a mí respecta, si yo estoy feliz, el Universo es feliz. Si me amo a mí misma, todos los demás me amarán también.
Después de regresar, aunque he perdido algunos de los sentidos intensificados/aumentados que tuve durante mi ECM, el entendimiento, claridad y sentimientos de amor no me han abandonado. Los puntos ya están conectados y no puedo volver a pensar de la forma como lo hacía antes. Imagínense a la persona ciega si vuelve a quedarse ciega. Cada vez que camina por el mundo, sabe realmente como luce, aun cuando no puede verlo. Esto es más o menos parecido a lo que me pasa a mí ahora.
Y respecto a que este plano no es real, creo que todos hemos creado nuestra propia realidad basados en lo que pensamos qué es el mundo. En ese estado consciente parecía como sí esta existencia 3D fuera simplemente la culminación de mis pensamientos. Cuando estuve en el otro reino, realmente desperté en un lugar más real que este… algo así como lo que sentimos cuando nos despertamos de un sueño a nuestra realidad de todos los días.
P: ¿Cuáles son sus ideas sobre la religión? He notado que raramente, habla de ello cuando relata su experiencia.
R: Eso es debido a que la muerte trasciende la religión, lo cual es algo que hemos creado con el fin de que nos ayude a vivir o a entender la muerte. Pero una vez que experimenté el otro reino, tratar de encajarlo en una religión, sin importar cuál de ellas, realmente parece reducirlo.
Otra razón por la cual no hablo de religión es porque puede crear división y esa jamás es mi intención. Prefiero incluir a dividir. En mi experiencia, nosotros somos todos Uno y sé que al morir, todos iremos al mismo lugar. Para mí no importa si creen en Jesús, Buddha, Shiva, Allah o en ninguno de ellos. Lo que importa es lo que sientan respecto a sí mismos, aquí y ahora, porque esto es lo que determina cómo conducirán su vida aquí. No hay más tiempo que el momento presente, así que es importante ser tú mismo y vivir tu propia verdad. ¡Científicos apasionados, viviendo desde su magnificencia, son igualmente valiosos para la humanidad que un cuarto repleto de Madres Teresas!
P: Una de las declaraciones que más me intriga sobre lo que usted entendió en su experiencia tiene implicaciones que son profundas, multifacéticas y muy abarcantes. Estoy hablando de su fuerte afirmación de que efectivamente podemos alterar nuestro pasado con las elecciones que hacemos, momento a momento, mientras nuestras vidas se van desarrollando hacia el futuro. ¿Estoy metiéndome más allá de lo que usted está expresando o esto se acerca a lo que sostiene?
R: Usted ha interpretado perfectamente lo que quise decir. Siento que el momento presente es el único punto en el tiempo que tenemos para crear nuestra realidad. Por favor, dense cuenta que intencionalmente no dije “crear nuestro futuro.” El pasado y el futuro parecían envolverme y por eso fui capaz de alterar los resultados de los exámenes dependiendo de si regresaba o no.
Estoy de acuerdo con que esto es importante por sus implicaciones. Para mí, esto continúa desarrollándose cada día, y ahora esta consciencia es más grande que la misma ECM.
P: En la narración de su ECM, usted explicó: “Toda enfermedad primero empieza en la energía y luego se manifiesta en el cuerpo”. ¿Presiente usted cómo se logra y qué causa que la enfermedad se forme, en primer lugar?
R: Durante mi ECM, sentí que mi cuerpo en su forma sólida, no existía. Era solamente energía pura, quizás pueda interpretarse como alma o espíritu. Yo era mucho más grande que el cuerpo y me gusta usar la palabra magnificente, porque así se sentía en ese estado. Era como si tener un ser físico fuera una idea que ocurre a posteriori. Esta masa de energía infinita era mi ser verdadero y el cuerpo era sólo un barómetro que mostraba cuánta de esta fuerza de vida estaba “pasando a través” o siendo expresada. Parecía como si el mundo de 3D fuera la otra dimensión y mi masa energética, la real.
Por lo anterior, siento que cuando decimos que hay gente con una vibración más alta, es posible que lo que queremos decir es que ellos se permiten recibir, a través de ellos mismos, más de su magnificencia auténtica, así que los índices de sus barómetros son realmente altos. Como consecuencia su energía positiva y su presencia física son fuertes. En ese reino, sin embargo, nadie parecía más fuerte o más débil. Todos eran magnificentes. Pero qué tanto de eso expresamos a través de nuestros cuerpos en esta dimensión, parece ser nuestra elección.
P: ¿Está sugiriendo que el poder de su sanación vino del interior y no de una fuente externa?
R: No era ni interna ni externa; podría decir que fueron ambas. Cuando ya no me estaba expresando desde el estado de la dualidad, fui consciente que no hay separación entre “con” y “sin”. Me volví la Fuente de todas las cosas y la Fuente se volvió yo. Pero si usted se está refiriendo a que si pienso que estuve como un ego o un ser físico detrás de mi sanación, entonces, no. Se emanó desde expresarme a través de mi ser infinito y saber que no estoy separada de la Fuente ni de nada.
P: ¿Qué piensa sobre las diferentes modalidades de sanación tanto occidentales como orientales?
R: Creo que muchos tratamientos y modalidades son útiles –y también quiero aclarar que no creo que sea necesario tener una ECM para sanarse.
Antes de mi ECM, todo lo que hice venía desde un lugar de miedo, aunque se tratara de sanación. Mi maquillaje sicológico era tal que sólo buscaba esas cosas porque les tenía miedo a las consecuencias de no hacerlo.
Pero cuando el miedo ya no está ahí y venimos desde una perspectiva de confiar, entonces las modalidades de sanación tienen una opción de funcionar. Durante mi pequeña estancia en la India, mi salud mejoró porque estaba alejada de la atmósfera de miedo. Estaba en una cultura que apoyaba una alternativa respecto al cáncer, totalmente diferente. Era mucho más positiva. En el Hong Kong occidentalizado, la mayoría de la gente que encontraba le tenía un miedo gigante al cáncer y me lo transmitieron. Pero en la India me dieron una perspectiva diferente que me brindó esperanzas. Puse mi confianza en ella y sentí rápidamente los efectos en mi salud.
P: Usted dice que su cáncer pareció sanar cuando fue a la India y recibió tratamientos ayurvédicos, pero cuando regresó a Hong Kong, la enfermedad volvió. ¿Qué piensa usted respecto a que pareciera haber desaparecido en la India y retornado en Hong Kong?
R: Para reiterarlo, creo que la medicina ayurvédica me funcionó porque en la India no había conflicto. Todos a mi alrededor creían en lo mismo y lo que yo estaba haciendo tenía sentido para todos. No estaba confundida. Por primera vez, sentí que estaba en el camino correcto. También tenía mucho apoyo de los doctores ayurvédicos, ashrams, etc.; todos apoyaban esta modalidad.
Pero aquí en Hong Kong, las opciones son interminables, multi-culturales y todas las diferentes modalidades tenían conflictos entre sí. Mi primera elección jamás fue la medicina occidental convencional, pero si no hubiera estado inclinada por otros métodos, me habría tocado elegirla. Personalmente era lo último que quería.
Pienso que si hubiera nacido y me hubiera criado en la mitad de China, la medicina tradicional China me hubiera funcionado también, pero a lo mejor, ¡ni hubiera enfermado! ¿Saben que en la cultura china, el cáncer se define como “la enfermedad de la gente occidental?” ¡Tienen la idea de que la incidencia de cáncer en China, Japón y, aún en la India, es mucho más baja que en los países occidentales!
Muchos creen que se debe a la dieta, pero yo creo que eso es sólo una parte. Otro factor, aún más importante son las creencias mentales relativas al cáncer en occidente, el miedo que lo rodea y sus constantes campañas de “alerta”. La medicina convencional de occidente se enfoca en detectar el cáncer y la mayoría de su tecnología es para diagnosticarlo, no para promover el bienestar y equilibrio físico, como un todo.
P: ¿Qué diferencias encontró en su experiencia entre las modalidades de sanación occidentales y orientales?
R: El ir y venir entre las dos me produjo un estado emocional parecido al de estarme columpiando entre el miedo y la esperanza.
Los médicos occidentales se enfocaban sólo en el cáncer, haciéndome sentir como si algo externo estuviera atacando mi cuerpo, algo de lo cual había que deshacerse. En otras palabras, el cáncer es el enemigo y tiene que ser atacado. Sus diagnósticos siempre instalan miedo.
Los médicos de Oriente (tanto ayurvédicos como los de la medicina china tradicional) le daban una perspectiva más holística a mi bienestar. Ellos veían mi enfermedad como la manera que tenía mi cuerpo de sanar sus desequilibrios, no solamente los físicos, sino los emocionales y mentales. El cáncer realmente era mi aliado. Estos métodos eran mucho más reconfortantes y me daban más esperanza.
Con posterioridad a mi ECM, fue más fácil para mí ver que el cáncer, en sí, no era el enemigo o la enfermedad. Entendí que lo que él estaba tratando de decirme en mi caso, en particular, era en realidad la manera como mi cuerpo estaba tratando de sanarme. Para mí, mirar el cáncer como un enemigo que necesitaba ser aniquilado, no resolvía los problemas subyacentes que inicialmente lo habían causado. Algo más profundo fue dirigido durante la ECM, que detonó la desaparición de las células cancerígenas.
P: Parece que está diciendo que las modalidades de sanación son basadas en la cultura y que no hay una superioridad intrínseca entre ellas cuando se trata de cáncer. ¿La estoy entendiendo bien?
R: Si, esto es en esencia lo que estoy diciendo, basada en mi experiencia. Recuerden que desde mi perspectiva, muchas enfermedades modernas son realmente mentales y espirituales que se manifiestan en el cuerpo. Tratamientos dirigidos a la mente y al espíritu tendrían una oportunidad mayor de efectuar un cambio que aquellos tratamientos que sólo manejan el cuerpo. Y cualquier modalidad que sea apoyada por completo por la cultura será más efectiva que una que no tenga esa fuerza subyacente, especialmente si el método se dirige a las creencias mentales del paciente y a su perspectiva espiritual.
P: Desde su propia experiencia, ¿qué piensa sobre el cáncer y la medicina? ¿Usted cree que nos estamos acercando a encontrar su cura?
R: Debido a mi experiencia, personalmente creo que casos específicos como el mío, son una enfermedad de la mente y el alma, no del cuerpo. La manifestación física es simplemente un síntoma de algo mucho más profundo. No creo que la cura para estos casos se encuentre en la medicina, porque los científicos buscan en el lugar equivocado, ellos sólo estudian los síntomas y no la causa, creando luego drogas para enmascarar los síntomas. Ellos pueden ser capaces de manejar los síntomas pero no creo que encuentren una “cura”.
Me parece que hay un campo muy rico de investigación alrededor de la enfermedad, basada en lo que entendí sobre mi propia enfermedad y la ECM. Tristemente no he visto ninguna investigación bien fundamentada y real en lo que yo veo como las verdaderas causas del cáncer; sin embargo, se gastan millonadas en puntos de vista basados en las drogas. A menudo me pregunto, ¿porque parece ser más rentable vender medicamentos que promover en la gente el entendimiento de su propia y divina magnificencia?
Creo que mi cáncer se relacionaba con mi identidad propia y fue la forma que mi cuerpo tuvo para decirme que mi alma estaba sufriendo por la pérdida de su propio valor, de su identidad. Si hubiera sabido la verdad de quién en realidad soy, ¡no me hubiera dado cáncer!
P: ¿Qué opina del dinero, desde la perspectiva del más allá? Algunos creen que el dinero es la causa de muchos de los problemas y males de este mundo. ¿Qué opina Ud.?
R: El dinero, en sí mismo, no tiene poder alguno, distinto del que nosotros elegimos darle, y así es con todo en esta dimensión. Todo puede ser usado para bien o para mal, pero en sí mismo es simplemente algo neutral. Elegimos darle poder. Hacemos juicios, tanto negativos como positivos, sobre el dinero, la religión, las razas, etc. Creamos ciertas creencias sobre ellos, les damos una carga emocional y, ahí mismo, ya tenemos una situación en la cual las personas creen volverse más fuertes o necesitan luchar para defenderse.
No estoy diciendo que sea algo malo, inclusive puede ser una parte necesaria para existir en este reino. Vivimos en un mundo de aparente dualidad, donde siempre estamos decidiendo qué es malo o bueno, qué es negativo o positivo. Tenemos emociones y se las imponemos a nuestras creencias, incluyendo aquellas sobre el dinero. Hubiéramos podido otorgarle las mismas cargas emocionales a otra cosa, a otra moneda o sistema de intercambio, y eso tendría el mismo poder que el dinero tiene en el presente.
Pero la muerte trasciende la dualidad. Trasciende la religión, las razas, la cultura y todos nuestros valores y creencias. No somos nada de esas cosas, sino que simplemente nos expresamos a través de ellas, en este punto en el tiempo. Nosotros somos algo mucho más grandioso.
P: Muchos que desean sanarse les gustaría saber cómo hacer estas cosas: “Tener fe en su sanación,” “Soltar y permitir la sanación” y “Acceder a su lugar de sanación.” ¿Son estas cosas útiles para el común de las personas? La gente que desea sanar sus cuerpos debe conocer cómo ponerlas en práctica.
R: No me gusta apoyar una metodología prescrita, ni instrucciones, ni nada por el estilo, porque si lo hago, sólo estaré creando más dogmas. Se trata de liberarnos completamente de todo eso. Sin embargo, sugiero no mirar a la enfermedad o a los síntomas como “algo de lo que me tengo que deshacer”, como si fueran un enemigo. Ésta es una reacción basada en el miedo. Para mí, la aparición de esos síntomas es la forma cómo mi cuerpo está tratando de sanarme. Sé que si trato de eliminar la enfermedad con una actitud de adversario, terminaré haciendo lo opuesto, peleando con ella y sumergiéndome más profundamente dentro de las creencias mentales de la enfermedad.
Esto no necesariamente significa que no acudamos al médico. Sólo me refiero a cómo veo la enfermedad o las manifestaciones físicas del cuerpo. La idea es no obsesionarse con esto y pasar los días dándole vueltas con el sólo propósito de deshacerse de la enfermedad. Es realmente mucho más productivo distraerse y mantenerse ocupado con actividades que lo estimulen de forma positiva y creativa.
Tanto como pueda, trataría de liberarme de la necesitad de que mi salud sea de cierta manera con el fin de encontrar felicidad. Simplemente crearía felicidad en el momento presente, como si ya estuviera sana. Vivir en el presente significa no cargar ningún equipaje emocional de un instante del tiempo al siguiente. Cada instante es único y no puede ser duplicado. Es nuestra elección si cargamos nuestros miedos con nosotros, manteniéndonos atrapados en la enfermedad.
No tienen que ser un gurú espiritual o algo por el estilo. Simplemente sáquenle lo mejor a cada minuto, viviéndolo en su totalidad, haciendo cosas que los hagan felices, aunque les quede un mes o 100 años de vida.
P: Las teorías son interesantes, pero quisiera consejos prácticos. ¿Cómo se mantiene saludable ahora, qué come y qué evita en su dieta?
R: Bueno, mi dieta ha cambiado desde mi ECM, pero me temo que no en la forma que usted piensa. Solía estar paranoica acerca de lo que comía. Era una vegetariana estricta. Consumía sólo alimentos orgánicos y estaba muy metida en lo macrobiótico, los suplementos vitamínicos, el jugo de trigo orgánico. Todo eso fue antes de que me enfermara. Pensaba que todo causaba cáncer, desde los microondas hasta los conservantes. Comía muy saludable pero lo hacía desde el miedo.
Ahora como cualquier cosa que me apetezca. Me encanta el chocolate y un buen vino o champaña, de vez en cuando. Simplemente, ¡me aseguro de pasarla bien con la comida y la vida!
Creo que es más importante estar feliz que cualquier otra cosa.
No es divertido comer esos alimentos que llamamos “correctos” por miedo a enfermarnos y sentirnos, por eso, miserables. El estar ansiosos causa, por completo, otro tipo de problemas. Nuestros cuerpos son realmente mucho más resistentes de lo que les concedemos, en especial si somos felices y no estamos bajo estrés.
Aún cuando escojo comer saludablemente, lo hago desde el amor, en lugar del miedo. Ese es mi método en cada uno de los aspectos de mi vida. Los invito a vivir de la misma manera.
P: Si hubiera un mensaje o lección de su ECM que deseara que todos conocieran, gritarlo a viva voz, ¿cuál sería?
R: Me gustaría que supieran que cada parte de ustedes es magnificente –su ego, intelecto, cuerpo y espíritu. Es quiénes son, un producto hermoso de esta creación del Universo. Cada aspecto de ustedes es perfecto. No hay que excluir nada, nada que perdonar, nada que lograr. Ya son todo lo que necesitan ser. Puede parecer muy complicado, pero no lo es.
Si alguna religión los hace sentir menos que sus mismas deidades, podría deberse a una de dos razones: quizás no lo han entendido bien o esa religión no está haciendo bien el trabajo de enseñarles la verdad. Si un gurú, profesor o maestro, les hacen sentir que ustedes “todavía” no están iluminados sino que les falta por “aprender”, “soltar” o “dejar ir” para lograrlo, entonces no están haciendo bien el trabajo de enseñarles quiénes realmente son; o ustedes los están mal interpretando.
Recuérdenles a sus seres cercanos que sean ellos mismos y díganles que ustedes los aman de la manera que son. Ellos son perfectos y usted también. No hay nada que no deba ser amado. La mayoría del sufrimiento parte de sentirse “menos que”. ¡Ustedes no son menos que nada ni nadie! Ustedes están completos.
Lo único que deben aprender es que ¡ya son lo que están tratando de lograr! Simplemente expresen lo únicos que son ¡sin miedo, con toda tranquilidad! Es por esto que ustedes están hechos de la forma que son. Por eso están aquí en el mundo físico.
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